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– El hecho de que la piel gruesa que las envuelve no se despegue más que en el intestino, fermentando, puede verdaderamente provocar hinchazón.

Si se las cuece tal cual se las compra, las legumbres pueden resultar difíciles de digerir.

Pueden atenuarse estos problemas mediante un remojo previo (inútil en el caso de las lentejas), la adición al agua de cocción de plantas carminativas (ajedrea, salvia) o su preparación en puré o potaje.

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