El cerdo se acompaña de todas las verduras clásicas: col, nabo o patata, puerro, zanahoria, etc.
Asado, el cerdo no teme asociarse con el juego de contrastes del dulce-salado, y así se acomoda bien con frutas como la piña, el albaricoque, las ciruelas, las peras o las manzanas que realzan su sabor y se mezclan sutilmente a sus jugos.
Las finas hierbas como la salvia, el estragón, tomillo y romero perfuman favorablemente los asados en la barbacoa. Igualmente las salsas a base de mostaza, cebollas o ajo.