– Para preparar un buen caramelo:
coge un cazo de acero inoxidable, aluminio grueso o de cobre y elige un azúcar blanco puro, en terrones, por ejemplo. Moja el cazo con agua para que el azúcar se humedezca al absorberlo y ponlo a fuego medio. No revuelvas nunca con una cuchara o con una espátula; limítate a sacudirlo de vez en cuando para ayudar a que el calor se reparta bien.
A partir del momento en que el jarabe empiece a dorarse en las orillas del cazo no te distraigas; si el caramelo se te tuesta demasiado tendrás que tirarlo porque se pone muy amargo. Para limpiar fácilmente el cazo, llénalo de agua y llévalo a ebullición durante 5/10 minutos.