UA

– Haz un buen caldo en cantidad superior a la que normalmente tienes por costumbre.

Una vez colado, redúcelo bastante para concentrarlo.

Ya frío, mételo unas horas en la nevera para que la grasa se solidifique en la superficie.

Retira toda la grasa y congela el caldo en pequeños recipientes o en cubiteras de las utilizadas para el hielo.

Así tendrás siempre a tu disposición pequeños cubos congelados de caldo concentrado para añadir a tus sopas y salsas.

– Una vez lo hayas enfriado para desengrasarlo, si tienes una comida de compromiso y te interesa presentar un caldo limpio, clarifícalo, mezclándole una clara de huevo batida (no a punto de nieve) por litro de caldo y haciéndolo cocer por espacio de 40 minutos.

Cuélalo entonces a través de un lienzo limpio – si fuera de lino, mejor – aunque asegurándote de que no lleve perfume del detergente que uses habitualmente porque podría pasar al caldo.

https://analytics.google.com/analytics/web/?authuser=0#/a19873651w39653599p39359059/admin/integrations/adsense/editor/MELVhoLOS4O55HAh2VocUA