– Procure consumir las frutas la primera semana después de adquirirlas ya que, aunque pasado este tiempo conserven el buen aspecto y casi todo su sabor, habrán perdido gran parte de su valor nutritivo.
Guárdelas en la parte inferior de la nevera, y trate de sacarlas unos minutos antes de comerlas, de ese modo estarán mucho más sabrosas.
– En caso de que las piezas estén un poco verdes, puede dejarlas fuera del refrigerador unos días para que se vayan madurando.
Todas las frutas deben lavarse antes de consumirse.
La única excepción se puede realizar con las frambuesas y las moras, que resultan demasiado delicadas y se podrían estropear al tratar de limpiarlas.
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