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Las flores que pongas en un jarro te durarán más si no llenas demasiado el florero.

– Si las flores de un ramo han doblado la cabeza, sumerge sus tallos en agua hirviendo entre 10 y 20 segundos, no más. Probablemente lograrás que yergan nuevamente su cabeza.

– No mezcles en un ramo flores de plantas mucilaginosas, como hortensias, clivias o girasoles, con otras que no lo sean, porque el mucílago que éstas desprenden obturan los canales de conducción de agua de las otras flores y el ramo se te marchitaría a las primeras de cambio.

– Para que un ramo de flores te dure más es conveniente que arranques aquellas hojas que vayan a quedar sumergidas en el agua del jarro. Esto es particularmente importante en el caso de que se trate de rosas. Pero también existe una excepción; se trata de los crisantemos, cuyas hojas contienen una reserva alimenticia para sus flores, y que por tanto conviene conservar.

– Cuando compres o recojas flores con la intención de formar un ramo, no lo hagas al buen tuntún, sino en función de los jarrones de que dispongas.

Un ramo perfecto nace de la armonía entre formas y colores de flores y jarro.

No olvides que la altura de un jarro no debe representar más del tercio de la altura total del ramo o la mitad en el caso de ramos redondeados.

Empieza por colocar las flores más grandes y coloca después las pequeñas formando manchas de color.

Para su mejor conservación, arranca las hojas que vayan a quedar sumergidas y cambia el agua cada tres días.

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