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– El poso del café constituye un excelente alimento para las plantas.

– Para quitar el polvo de las hojas de una planta, mejor es que uses un trapo seco que uno húmedo.

Si pasas por las hojas de tus plantas un algodón empapado en cerveza rubia, adquirirán un brillo particular.

Prueba a utilizar los tapones del suavizante para la ropa como macetas para cactus enanos.

– No cortes los tallos de los tulipanes, ya sin flor; el bulbo se resentiría y tal vez no floreciera al año siguiente.

– Entablilla con unos cuantos palillos sujetados con cinta adhesiva el tallo roto de tu planta de interior.

– Si tienes macetas en la ventana, dispón una capa de gravilla sobre la tierra para que la lluvia no salpique los cristales.

– Establece una cuarentena de un par de semanas para las plantas nuevas antes de mezclarlas con las otras, las que ya tenías.

Si tienes plantas junto a la ventana, limpia sus cristales con mayor frecuencia, pues la suciedad vela la luz.

Es conveniente llenar la regadera por las noches, para que el agua esté a temperatura ambiente cuando riegues, a la mañana.

– El dedo pulgar es útil para saber cuándo hay que regar: introdúcelo en la tierra de la maceta y nota el nivel de humedad.

No tires las botellas vaporizadoras de los limpiacristales. Bien lavadas pueden servirte para humedecer tus plantas.

– Un diente de ajo enterrado superficialmente en la tierra de una maceta vigoriza la planta y previene infecciones.

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