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– Esta planta, llegada del Lejano Oriente, tiene fama de difícil cultivo.

Sin embargo, vale la pena preocuparse un poco por ella porque, además de tener unas flores de una belleza extraordinaria, poseen también un perfume embriagador.

La gardenia florece normalmente de verano a los meses de otoño.

No obstante, en invierno también podemos comprar gardenias con sus capullos a punto de floración.

Comprueba, de todos modos, que si la tienes que trasladar esté bien protegida contra el frío.

La gardenia no tolera más que un agua muy pobre en cal.

Si la riegas con agua del grifo, que no sea antes de haberla dejado reposar unas horas.

En invierno se la ha de regar una vez por semana y, entre marzo y agosto, de dos a tres veces.

En primavera y verano vaporízala frecuentemente y abónala cada quince días.

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