– Lávalos, un par o tres de veces al año, con una gamuza y agua tibia, tanto para quitarles el polvo de los poros cuanto para proporcionarle al cuero la humedad precisa.
– Las manchas de origen desconocido prueba a quitarlas con 1/2 litro de agua a 37º y 3 cucharadas de sal disuelta en ella.
– Lava toda la la superficie del sillón para evitar que queden ruedos.