– Aclara de inmediato el cazo en que hayas hervido leche con agua fría. Si lo aclaras con agua caliente, luego será más difícil de limpiar.
– En caso de apuro puedes limpiar el charol de tus zapatos con un trapito mojado en leche o zumo de limón.
– Si la leche se vertió, quítala enseguida con una bayeta y echa un chorro de vinagre, en caliente, sobre la zona de la cocina donde se vertió.
– El sabor desagradable de la cebolla desaparece si se bebe un vaso de leche azucarada caliente.
– El olor a leche regurgitada en las prendas de los bebés se evita aplicando una pasta hecha con bicarbonato sódico y agua.
– Los cubiertos de alpaca manchados por falta de uso se ponen a remojo en leche agria, media hora, y se lavan luego.