– Para distinguir el algodón de la lana, coge una hebra, mójala y dale forma de bola: si es de lana, tenderá a hincharse y a cobrar volumen, cosa que no sucedería en el caso de que la hebra fuera de algodón.
– Sometida a la prueba del fuego, es decir, aplicándole una llama, el hilo de algodón arderá de golpe, mientras que la lana se quemará lentamente, desprendiendo un olor característico.