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– Para devolverle su blancura original a una prenda de lana, llena una cubeta con unos cuatro litros de agua tibia (a 30-35º como máximo), añade después 80 gr. de perborato de sosa, revuelve bien para que se disuelva, y mete en esta solución la prenda de lana que amarillea.

Déjala en remojo aproximadamente durante medio día.

Aclárala después en abundante agua clara, preferentemente fría.

En el último agua de aclarado añade una cucharada sopera de vinagre para devolverle a la lana toda su esponjosidad.

Ponla a secar sobre una toalla perfectamente plana.

Jamás al sol.

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