– Perlas: Envuélvelas en una gamuza y frótalas suavemente. Para darles brillo, humedece ligeramente la gamuza con gasolina.
– El contacto con la piel las pone mates. Por esto es conveniente que siempre que te quites un collar lo frotes con un paño de lana.
– Si llevas un collar de perlas con frecuencia, no dejes de llevarlo cada dos años al joyero para que las ensarte de nuevo.