Si son verdaderas, observa los siguientes extremos:
Aguamarinas.- Es de la misma naturaleza de la esmeralda, pero conserva mejor que ella su esplendor a la luz artificial. Es una gema de noche.
Amatista.- Se decolora por la acción del fuego.
Esmeralda.- Es una de las más estimadas, pero estalla fácilmente y pierde su esplendor a la luz artificial.
Rubí de Birmania.- Se le puede sustituir fácil y fraudulentamente por el granate
Topacio.- Se encuentra en distintos colores, del amarillo vivo al azul, pero también incoloro. En este último caso, a veces, se le hace pasar por diamante.
Turquesa.- Con el tiempo, pierde poco a poco su color, pasando del azul a un verdoso. Basta sumergirla en una solución de bicarbonato de sosa para que recupere su coloración. Pero, atención, este procedimiento no puede emplearse más que una sola vez.