– Cuando las compres, comprueba que se asienten bien, que no te opriman la cabeza ni te rocen las mejillas.
Más vale gastar algo más y que los cristales absorban las radiaciones infrarrojas y ultravioletas de los rayos del sol; las más baratas no lo hacen o lo hacen mal.
La montura ha de ser resistente y ligera al mismo tiempo.
En cuanto a la estética, trata de que casen bien con tus rasgos faciales; si son suaves elige una montura fina. En general procura que siga, sin ocultarla, la línea de tus cejas.