– Para que un bolso de piel se conserve como si acabara de salir de la tienda, dale cera incolora una vez al mes.
Si la lluvia lo mojó, espera a que se haya secado para encerarlo.
Si persisten las manchas de agua, pásale un algodón embebido en agua avinagrada y luego acláralo con otro algodón mojado en agua. Un vez seco, encéralo.
Si el bolso fuera de cuero barnizado, no se te ocurra encerarlo; mejor, pásale un algodón con leche cruda y sácale brillo después con un trapo seco.
– Si el cuero del bolso destiñe, frótalo con alcohol de quemar y encéralo después.