– Cuando el congelador está completamente lleno resulta complicado ejercer un estricto control de sus existencias. Y desde luego ni pensar en tenerlo todo en la cabeza: lo que se congeló, cuando se hizo y las cantidades que quedan de cada cosa. Para ello puedes emplear estas notitas de papel que llevan una banda adhesiva en un lado. Escribe estos datos en ellas y pégalas en la puerta del aparato.
– Para no helarte las manos al contacto con los productos congelados; cómprate unos guantes especiales. Procura que el embalaje del congelado se adapte siempre a la naturaleza del producto: utiliza el papel de aluminio, grueso, para piezas de forma irregular; los platos cocinados donde mejor están es en recipientes tipo tuperware; las salsas, en cubiletes, y las frutas y verduras en bolsas. Que no se te olviden las etiquetas.
Si tu congelador no lleva compartimientos de origen, procura poner las piezas grandes o las grandes cantidades de productos, que siempre son fáciles de encontrar, al fondo, reservando la parte superior para bolsas o recipientes pequeños.