– Los cepillos de lustrar el calzado suelen ensuciarse, aunque sólo sea del betún que recogen. No es necesario que los tires, puedes recuperarlos sin poblemas. No tienes más que ponerlo a remojo en un recipiente con agua tibia y una buena dosis de lejía. Acláralo, transcurrido un tiempo prudencial, con agua fría y ponlo a secar con las cerdas hacia abajo.
– Si lavas el cepillo de lustrar el calzado poniéndolo a remojo en agua con jabón, luego, además del cepillo, tendrás que limpiar el recipiente.
Por esto lo más sencillo es utilizar una bolsa sólida de plástico donde poner el agua, el jabón y el cepillo.
Terminada la faena, se tira la bolsa y asunto concluído.
– Si los cepillos del calzado u otros tienen mucha suciedad acumulada, lo mejor es que los pongas a remojo en gasolina durante unas horas y luego los laves en agua, a la que añadirás un detergente y amoníaco.