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– Los cazos de aluminio quedan como nuevos si se frotan con una solución compuesta por 30 gr. de bórax disueltos en ¼ de litro de agua y un chorrito de amoníaco.

– Si la comida se pegó a la cazuela, hay que poner en ella un poco de agua con zumo de limón y llevar la mezcla a ebullición.

Un sistema bastante práctico de almacenar las tapas de las cacerolas y otros recipientes de cocina consiste en utilizar un escurreplatos

– El arroz, la sémola o las cremas que se cuecen en cacerolas, ollas o cazos suelen acabar pegándose a sus fondos por cuidado que se ponga en evitarlo y por vueltas que se dé al instrumento con que se revuelve. Una forma bastante sorprendente de eliminar este problema consiste en depositar una canica de cristal en el fondo antes de empezar la operación.

– Decapar el fondo quemado de una cacerola u otro recipiente de cocina cualquiera es asunto delicado. Las recetas tradicionales son las siguientes:

Poner a hervir agua con un chorro de lejía: puede ser lejía sola en el caso de que se trate de un recipiente esmaltado, pero se aconseja diluirla en agua en el caso de que fuera de aluminio y no aplicar este procedimiento en absoluto si el recipiente fuera de acero inoxidable.

Cubrir el fondo de sal y dejar que actúe durante toda una noche.

Poner agua a hervir junto con ceniza de madera.

Un método más moderno es el que consiste en cubrir el fondo quemado con un detergente en polvo para lavaplatos, añadirle un poco de agua hirviendo y dejar que actúe durante varias horas.

– Cuece pieles de limón en agua para limpiar el interior de las cacerolas de aluminio que se hayan puesto oscuras por el uso.

– Para quitar las manchas de cazos esmaltados déjalos toda la noche con agua y detergente de lavadora.

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