– Para que la cazuela de barro no se rompa, antes de utilizarla por primer vez, se pone a remojo en agua, que la cubra, durante un mínimo de doce horas, luego se seca y se frota con un diente de ajo y se engrasa con aceite.
– Una cazuela de barro en la que se cuece agua avinagrada y un puñado de sal resiste mejor los malos tratos.
– Las cazuelas de barro se conservan mejor si se les da una mano de arcilla disuelta en agua por su parte exterior. Se debe esperar a que se seque perfectamente antes de utilizarlas.