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– Para sacarle brillo a un objeto de aluminio, nada mejor que frotarlo con una mezcla de aceite y de alcohol de 90º

– Una pieza de aluminio sucia debe dejarse a remojo en leche agria toda la noche.

– Las hojas crudas del ruibarbo pueden servir para limpiar utensilios de aluminio.

– No deben batirse nunca los huevos en cacharros de aluminio porque se ponen verdes.

– 30 gr. de bórax disueltos en 1/4 l. de agua y unas gotas de amoníaco dejan los cazos de aluminio brillantes.

– Un plato muy salado o muy ácido no debe estar en un cacharro de aluminio más que el tiempo de cocción.

– El yogur caducado, sin azúcar, puede aprovecharse para humedecer en él un paño y limpiar los objetos de latón o aluminio. Luego hay que lustrarlo.

– Aunque las cazuelas o fuentes de aluminio, por el mucho uso, se pongan negras o pardas, no importa. Es un fenómeno natural que el agua produce en el metal y que no acarrea perjuicios para la salud.

Esta capa únicamente forma una protección más para la superficie y por ello no es preciso limpiarla con estropajos metálicos. Si se tiene un compromiso y se pretende que reluzcan, deben limpiarse los cacharros con una solución de treinta gramos de bórax en un cuarto de litro de agua y añadir unas gotas de amoníaco.

– Para que los cazos de aluminio recobren su buen aspecto, basta con cocer en ellos pieles de manzana o espinacas.

El exterior puede fregarse con una mezcla a partes iguales de ceniza de cigarrillos y jabón en polvo.

– Si se quiere que los cacharros de aluminio tengan el aspecto mate de la plata, será preciso empezar por ponerlos a remojo durante medio minuto en una solución compuesta por agua caliente, a la que se añadirá una buena cantidad de sal marina y una cucharada de café de bicarbonato sódico. Esta es la cantidad para un vaso de agua. Luego debe frotarse el cacharro, aclararlo y secarlo.

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