Si la lluvia te moja el abrigo de pieles, cuélgalo de una percha (si puede ser masculina, mejor, pues son más anchas y dejarán menos trazas en los hombros), abróchalo, vacía los bolsillos para que no se deformen y ponlo a secar, lejos de cualquier fuente de calor.
Cuando esté seco, cepíllalo para alisarlo.