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El efecto de la obesidad sobre el riesgo de cáncer de seno depende
del estado menopáusico de la mujer. Antes de la menopausia, las mujeres
obesas tienen un riesgo menor de padecer cáncer de seno que las mujeres
de peso saludable. Sin embargo, después de la
menopausia, las mujeres obesas tienen 1,5 veces el riesgo de mujeres de
peso saludable.

Las mujeres obesas tienen
también un riesgo mayor de morir por cáncer de seno después de la
menopausia comparadas con mujeres delgadas. Los
científicos calculan que cerca de 11.000 a 18.000 muertes por año por
cáncer de seno en mujeres estadounidenses mayores de 50 años podrían
evitarse si las mujeres pudieran mantener un IMC abajo de 25 durante
toda su vida adulta.

La obesidad parece aumentar el
riesgo de cáncer de seno sólo entre mujeres posmenopáusicas que no usan
hormonas para la menopausia. De las mujeres que usan hormonas para la
menopausia, no existe una diferencia importante en el riesgo de cáncer
de seno entre las mujeres obesas y las de peso saludable.

Tanto el riesgo mayor de padecer cáncer de seno como
morir por él después de la menopausia se cree que se deben a los
niveles más altos de estrógeno en las mujeres obesas. Antes de la
menopausia, los ovarios son la fuente principal de estrógeno. Sin
embargo, el estrógeno se produce también en tejido graso y, después de
la menopausia, cuando los ovarios dejan de producir hormonas, el tejido
graso pasa a ser la fuente más importante de estrógeno. Los
niveles de estrógeno en mujeres posmenopáusicas son 50 a 100 por ciento
más elevados entre mujeres pesadas que entre mujeres delgadas. Los
tejidos sensibles al estrógeno están expuestos por lo tanto a más
estímulo de estrógeno en mujeres pesadas, lo que lleva a un crecimiento
más rápido de tumores de seno que responden al estrógeno.

Otro
factor relacionado con tasas de mortalidad más elevadas por cáncer de
seno en mujeres obesas es que el cáncer de seno es más posible que se
detecte en una etapa más tardía en mujeres obesas que en mujeres
delgadas. Esto es porque la detección de un tumor de seno es más
difícil en mujeres obesas que en mujeres delgadas.

Los
estudios de obesidad y cáncer de seno en mujeres de minorías en Estados
Unidos han sido limitados. Existe alguna evidencia que, entre mujeres
afroamericanas, el riesgo relacionado con la obesidad puede estar
ausente o ser menor que el de otras poblaciones. Sin
embargo, un informe reciente indicó que las mujeres afroamericanas con
un IMC elevado tienen más probabilidad de estar en una etapa avanzada
de cáncer de seno al momento del diagnóstico. Otro informe indicó
que mujeres blancas hispanas obesas tenían una probabilidad dos veces
mayor de padecer cáncer de seno que las mujeres hispanas no obesas,
pero los investigadores no detectaron una diferencia en el riesgo de
mujeres hispanas obesas antes y después de la menopausia.

Se
ha encontrado que subir de peso durante la vida adulta es el indicador
más consistente y más fuerte de riesgo de cáncer de seno en estudios en
los que se ha examinado.

La distribución
de la grasa en el cuerpo puede afectar también el riesgo de cáncer de
seno. Las mujeres que tienen una gran cantidad de grasa en el abdomen
tienen un riesgo mayor de cáncer de seno que aquéllas cuya grasa está
distribuida sobre las caderas, las nalgas y las extremidades inferiores. Los resultados de estudios sobre el efecto de grasa
abdominal son menos consistentes que los estudios sobre el aumento de
peso o sobre el IMC.

Fuente: Instituto Nacional del Cáncer
http://www.cancer.gov/espanol/

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