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Introducción

En la actualidad debemos considerar que el interés de las interacciones piel-medio ambiente vienen determinadas por:

1. Alteraciones medioambientales que se han producido como consecuencia de la actividad humana que actualmente conocemos mejor y que estan siendo objeto de estudios específicos.
2. Los cambios de comportamiento social en la humanidad que favorecen en muchos casos esta interacción.

Respuestas normales agudas

Las manifestaciones clínicas y las diversas patologías que la radiación solar producen o exacerban entran dentro del campo de la Dermatología.

Eritema.
Es un enrojecimiento cutáneo producido por las radiaciones comprendidas entre los 200 y 320 nm del espectro que provocan una dilatación de los vasos sanguíneos de la dermis. Hay que distinguir una forma precoz que aparece 2-4 horas después de la exposición, alcanza su máxima intensidad a las 8 horas y desaparece al poco tiempo.

Pigmentacion cutánea.
Consiste en un aumento en la producción de pigmento cutáneo (melanina) por parte de las células melanocitos como respuesta defensiva a la acción solar. Este bronceado aparece muy poco después e incluso durante la exposición, llegando a desaparecer a las 6-8 horas. No es pigmentación real, sino que el pigmento preexistente toma un color más oscuro por posible oxidación. La pigmentación retardada se observa dos días después de la exposición solar, alcanzando un máximo a las dos semanas.

Engrosamiento cutáneo.
Lo produce la misma radiación que da lugar a la pigmentación, originando una hiperplasia de todas las capas epidérmicas. Es un mecanismo defensivo para aumentar la resistencia del tejido a la radiación.Ir arriba

Respuetas normales crónicas

Se irá produciendo un daño irreversible con cada exposición prolongada al sol, siendo este daño de tipo acumulativo. Distinguimos como reacción crónica el envejecimiento cutaneo y las lesiones premalignas y malignas.

Envejecimiento cutáneo.
Conocido hoy como fotoenvejecimiento. Se traduce como un cambio en la textura de la piel, alternando atrofia cutanea con hiperplasia (piel engrosada), placas y nódulos amarillentos, eritema, telangiectasias (pequeñas dilataciones de los capilares superficiales) y léntigos seniles (manchas marrones). En la dermis, se produce una alteración de las fibras colágenas y elásticas con rotura de las mismas y aparición de pliegues, surcos y arrugas desde el punto de vista clínico.

Premalignidad y malignidad
Las alteraciones de la piel envejecida van a favorecer, bien porque la radiación sigue actuando o por alteración inmunitaria secundaria, la aparición de procesos proliferativos premalignos y malignos. Las lesiones premalignas se identifican como excrecencias hiperqueratósicas (escamosas o costrosas) sobre una piel alterada, con manchas oscuras.
Mención aparte merecen los tumores derivados de las células productoras de pigmento (melanocitos) y conocidos como “nevus” o “lunares”. Estos nevus o tumores benignos, presentes algunos desde el nacimiento y casi todos a partir de la adolescencia, tienen la capacidad de modificarse con la radiación solar hasta producir células con atipia o displasia, denominándose Nevus Displásico o Atípico, considerado hoy como precursor del cáncer melanoma.
La formación del melanoma se relaciona con la exposición aguda al sol y los antecedentes de quemaduras solares, mientras que los cánceres no melanoma se originan mediante la exposición crónica, siendo más frecuentes en personas de avanzada edad o pertenecientes a profesiones de riesgo (campesinos, marineros, etc). El melanoma maligno o cáncer del melanocito ha aumentado su incidencia en las últimas décadas.

Tratamiento y prevención

Frente a las agresiones del medio ambiente cabe tomar una serie de medidas preventivas para evitar el desarrollo de lesiones secundarias a las mismas. Estas medidas serán dos dos tipos: medidas generales útiles para ejercer una protección global de la piel que aumente su resistencia a la agresión y medidas específicas a agresiones y lesiones determinadas.

Medidas generales
Dirigidas a mantener la integridad de la epidermis como primera linea defensiva en su función barrera, en el equilibrio de su hidratación y en la integridad de la flora bactaeriana existente. Para ello se utilizaran jabones y detergentes adecuados que no modifique su pH (5,5 – 5,6) ni la estructura de manto lipídico existente sobre la capa cornea. Es importante el uso de emulsiones hidratantes sobre la piel posteriormente a la fotoexposición.

Medidas específicas: Fotoprotección
La melanina es la mejor protección frente a los rayos solares, siendo la protección natural, absorbiendo, bloqueando o reflejando la radiación UV. El bronceado, por tanto, es una medida fotoprotectora que pone en marcha nuestros sistemas defensivos. La fotoprotección debe establecerse tanto a los efectos agudos como a los crónicos de la radiación.

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