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Este esquema, nos explica claramente el proceso que se cumple en el interior del animal.

El alimento, consistente en el forraje y agua, pasa por la boca al esófago, dentro del cual y a través del diafragma pasa a
la primera parte del estómago, llamada panza. De allí pasa luego a
la segunda parte -bonete-, donde es ablandado.
Por regurgitación, el forraje vuelve
a la cavidad bucal. Allí la vaca lo somete ahora a la rumia,
masticando e insalivando bien el bolo alimenticio, y éste pasa directamente a la tercera parte del estómago -librillo-, y de aquí a la cuarta parte de la cavidad gástrica llamada cuajar. Allí se cumple la digestión gástrica.
Luego la masa alimenticia -quimo gástrico- es introducida por
el píloro al tubo intestinal. Aquí se producen los fenómenos
más importantes de la digestión, ahora intestinal, bajo la acción del
jugo pancreático, de la bilis y del jugo intestinal, se forma el quimo
intestinal.
Los elementos aprovechables de éste, son absorbidos por las
paredes intestinales, para formar el quilo, por mediación del sistema
linfático, son transportados directamente a los tejidos del organismo
para alimentarlos y reparar sus desgastes. Otra parte del quilo pasa al
sistema venoso y por esa vía sanguínea es llevado al hígado,
donde, a su vez, es desdoblado y convertido en otros principios
nutritivos igualmente importantes, como son: lípidos o grasa,
prótidos -componente de la carne, leche, etc.-, y azúcar o
glucógeno, que son depositados en varios lugares del cuerpo. Según
sea necesario, estas reservas son
incorporadas luego, en mayor o menor cantidad, a la circulación
principal de la sangre para nutrir todas las células del animal.

Los residuos no utilizados del quimo son eliminados al exterior. La sangre venosa, que llega al lado derecho del corazón por
las venas cavas, es lanzada por la arteria pulmonar a los pulmones, donde se pone en contacto con el aire inspirado por la nariz
y la tráquea; se despoja del ácido carbónico que contiene, que
luego es arrojado, por la cavidad nasal y sus fosas, se
carga de oxígeno, y así purificada vuelve al lado izquierdo del corazón
por las venas pulmonares. Ésta es la pequeña circulación.
Del lado izquierdo del corazón, la sangre es lanzada a la
aorta, las arterias y sus arteriolas y capilares, y después de
abastecer a todo el organismo vuelve, como sangre venosa, al lado
derecho del corazón por las venas. Es la gran circulación. Ambas
circulaciones, forman, sin embargo, un solo ciclo circulatorio.

Debido a la acción de las enzimas o fermentos, activadas
por hormonas, ciertos y determinados principios nutritivos,
introducidos así en la sangre, son transformados por las numerosas
células del tejido glandular de la ubre en el producto llamado
leche. Gracias a una red de canales colectores, la leche se acumula en
los canales que forman las ubres, de donde pasa, a través de la
cisterna y del canal galactóforo de cada pezón al recipiente .

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