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La piel es uno de los órganos vitales de nuestro organismo, de hecho, si inutilizaramos el 70% (quemaduras, etc..) moriríamos.

Sus funciones son múltiples:



De excreción o emuctorial: junto con el sudor, secretamos sustancias que en el organismo necesarias de eliminar.


Protección: nos protege de las agresiones del medio, luz solar y gérmenes principalmente.


Mantiene el balance de líquidos y electrolitos: Evita la deshidratación del organismo y expulsa sales minerales por el sudor.


Mantenimiento de la temperatura: varía la irrigación sanguínea así como el mecanismo del sudor. Interviene en la captación de la Vitamina D.


Comunicación y sensibilidad: mediante millones de terminaciones nerviosas que nos informan sobre cambios ambientales y recoge información táctil del mundo.



La piel es el órgano más comunicado con exterior y el más expuesto a las agresiones del medio, además es el órgano que más nos identifica y que está intima más en relacionada con los órganos internos al ser un emuctorio entre otras muchas funciones; si nuestro hígado está sobrecargado, si existe síndrome de mala absorción intestinal o una disfunción hormonal, deficiencias vitamínicas, etc… nos manifestará cambios sustanciales, textura, color, irritaciones..



Y aunque debemos tratarla y aliviarla externamente, no es buena idea centrarnos solo en el síntoma. Un tratamiento completo externo-interno nos asegurará un buen resultado.



A la piel se le llama el tercer pulmón y el tercer riñon, su relación con el agua es clara.

La Medicina Tradicional China la presenta intimamente ligada con los meridianos Pulmón-Intestino Grueso.

Lo aclaramos con estos datos:



Por la orina, se elimina de 1.200 a 1.500 cc. de agua.


Por las heces, 100cc. de agua


Por la piel y los pulmones, 1.200 cc. de agua



Es decir, para tener nuestras necesidades hídricas cubiertas y nuestras piel hidratada, debemos tomar de 2, 5 l. de agua diaria.

Teniendo en cuenta que no envejecemos, si no que nos oxidamos, para oxidarnos mas lentamente y permanecer mas tiempo con buen aspecto, tomaremos antioxidantes.



El trio vitamínico antioxidante por excelencia, Vitamina C, A, y E que las podemos encontrar naturalmente en frutas ácidas, pólen y germen de trigo respectivamente.



Para fortalecer la membrana de nuestras células, entre ellas las de la piel, nada mejor que un fosfolípido, que encontramos en la lecitina de soja, aportará elasticidad y calidad a nuestra piel y nos protegerá de la arteriosclerosis entre otras muchas cosas.



La deficiencia vitamínica del grupo B, causa en esta civilización de “refinados” verdaderos estragos en la piel, acnés, alopecias,dermatitis, etc.. si tomamos levadura de cerveza, estaremos tomando casi todo el complejo vitamínico B, también las encontraremos en los cereales integrales, o muesli.



Una buena limpieza de cutis regularmente nos ayudará a tener saneado el mismo, así como friegas con guantes de crin en la ducha, estimularemos la circulación y la regeneración natural de la piel.



Entre las plantas más expecíficas por su acción depurativa y antiséptica con tropismo hacia la piel tenemos la Bardana y Caléndula, oligoelementos con acción específica sobre los mecanismos hormonales hipófiso-ovárico, regulando la secrección hormonal así como el Aceite de Prímula conocida como Onagra, Aceite de Borraja, etc…



Cada problema habría que considerarlo particularmente para ver hasta donde se extienden sus raices, pero de todas las formas, nosotros, con una alimentación equilibrada una higiene vitalizante, interna y externa, una hidratación sistemática, podemos mantener y disfrutar de una piel fresca sana y equilibrada por dentro y por fuera.

Mantener la piel saludable por dentro y por fuera: antioxidantes naturales.


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