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Existen diversos tipos de
operación para reconstruir
la mama:

1. Técnicas de expansión
cutánea:

es la más empleada
y consiste en expandir la
piel y, posteriormente,
colocar una prótesis.
Después de la mastectomía,
el cirujano plástico coloca
un globo hinchable (expansor)
debajo de la piel y músculo
del pecho. A través de un
mecanismo de válvula
enterrado bajo la piel, se
introduce una solución de
suero salino una vez a la
semana, durante varias
semanas, hasta rellenar el
expansor. Una vez que la
piel de la región del pecho
a dado de sí lo suficiente,
se retira este expansor y se
sustituye por una prótesis
mamaria de silicona o de
suero salino definitiva.
Existen determinados
expansores que están
diseñados de tal manera que
permiten ser mantenidos como
implantes definitivos. Ambas intervenciones se
realizan bajo anestesia
general, con un estancia
hospitalaria breve, entre 24
y 72 horas.

Si la mama no mastectomizada
es demasiado grande,
demasiado pequeña o está muy
caída, puede ser necesario
reducirla, aumentarla o
elevarla, a la vez que se
reconstruye la otra, para
conseguir un resultado
simétrico. El pezón y la
piel de alrededor (areola)
se reconstruyen después,
mediante anestesia local y
de manera ambulante (sin
necesidad de ingreso).

Las prótesis empleadas en
este tipo de reconstrucción
contienen silicona médica,
al igual que muchos otros
materiales empleados en
otros campos de la cirugía
(prótesis testiculares,
implantes faciales, etc.).
No se ha demostrado ninguna
relación entre el cáncer de
mama y el empleo de prótesis
mamarias; tampoco se ha
demostrado una relación
clara con enfermedades
autoinmunes y
reumatológicas. Su
utilización está aprobada en
todos los países Europeos.

2. Técnicas que
emplean tejidos propios:

estas técnicas emplean tejidos propios para
crear una mama natural y consisten en la
movilización o el trasplante de tejidos de otras
zonas del cuerpo como el abdomen, la espalda o
las nalgas (técnicas denominadas autólogas o colgajos).

En algunos casos estos
tejidos o colgajos siguen
unidos a su sitio original,
conservando su
vascularización, y son
trasladados hacia la mama
mediante un túnel que corre
por debajo de la piel. Según
la técnica puede ser preciso
o no emplear, además, un
implante.

En otros casos los tejidos
empleados para crear la mama
son separados completamente
de su sitio original,
generalmente del abdomen,
las nalgas o del muslo, y
son trasplantados al pecho
mediante la conexión a los
vasos sanguíneos de esta
zona. Este tipo de
procedimiento debe ser
realizado por un cirujano
plástico con experiencia en
microcirugía.

Independientemente de si el
tejido se pasa por un túnel
bajo la piel o si se
transplanta, estas técnicas
son más complejas que las
que emplean expansión
cutánea, dejan más cicatriz
y el periodo de recuperación
es mayor que para los
implantes. Sin embargo, el
resultado estético es muy
superior, sólo suele
precisarse una intervención
y no existen los problemas
relacionados con el uso de
implantes (formación de
cápsula, infección del
implante,…). En algunos
casos, cuando se moviliza
tejido del abdomen, existe
el beneficio añadido de la
mejoría del contorno
abdominal (como si se
tratase de una corrección
estética de la “tripa”).
Esta técnica se realiza
también bajo anestesia
general, con una estancia
hospitalaria entre 4 y 7
días.

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