En torno a los 8-12 meses, los niños comienzan a gatear, el gateo supone un esfuerzo importante para que
sus músculos se fortalezcan. Algunos niños no gatean, sino que se
desplazan sobre su trasero, deslizándose, o se arrastran apoyados en el
estómago. Esto no debe preocupar a los padres, pues los músculos del
pequeño se fortalecerán igualmente para que en un tiempo pueda dar sus
primeros pasos.