UA

Pasar la rubéola no tiene la menor trascendencia y es una enfermedad que no precisa ningún tipo de tratamiento. Se trata de una afección producida por un virus, aguda y que tiene como consecuencia una erupción eritematosa en la piel. Pero cuando es una embarazada la que la padece, su importancia cambia, porque puede provocar una malformación en el feto.

Es una enfermedad que se contagia por vía aérea y el único reservorio es el humano. Es muy común durante la infancia y el padecimiento de la misma deja inmunidad. Suele haber ligeros brotes epidémicos anuales, especialmente en la primavera. En nuestra población hay adolescentes que no presentan protección frente a la rubéola por no haberla padecido y no estar vacunados. Hay que destacar entre la población de riesgo a un 10 % de las mujeres jóvenes en edad fértil.

Riesgos

Entre la población femenina es importante haber pasado la rubéola o estar vacunada contra ella, porque si se padece durante el periodo de gestación puede dar lugar a muertes o malformaciones congénitas fetales. El mayor riesgo se produce cuando la madre sufre la infección antes de la octava semana de embarazo.

La prevención de la afección fetal por el virus de la rubéola se basa en que la madre no pueda contraer la enfermedad durante el embarazo, ya sea por haberla padecido con anterioridad o por haberse vacunado contar ella.

Una vacuna eficaz como la que se utiliza actualmente, debe aplicarse a todas las niñas en edad prepuberal que no hayan sido vacunadas con anterioridad y no se sepa que hayan padecido la enfermedad. Las campañas de vacunación de las autoridades sanitarias incluyen esta vacunación en sus actuaciones.

https://analytics.google.com/analytics/web/?authuser=0#/a19873651w39653599p39359059/admin/integrations/adsense/editor/MELVhoLOS4O55HAh2VocUA