Trastorno de pánico. Episodios recurrentes de ansiedad en los que el sujeto experimenta una inexplicable sensación de angustia.

Localización anatómica: Cerebro (psique).

Síntomas: En las crisis el individuo puede sentir palpitaciones, malestar, náuseas, mareos, ahogo, temblores y terror. Durante algún tiempo se experimentará miedo ante la posibilidad de otro ataque.

Pronóstico (gravedad): Se trata de un trastorno complicado de tratar, aunque con la ayuda necesaria las crisis se pueden controlar.

Causas: Se desconocen, aunque parecen estar relacionadas con trastornos de lóbulo temporal -que implica un cambio temporal en la función motora, sensorial o autonómica-,

o con problemas en la infancia. La herencia es uno de los factores determinantes.

Factores de predisposición: Antecedentes familiares y factores genéticos.

Posibles complicaciones: Miedo constante a los espacios que puedan propiciar una crisis, conductas obsesivas y adicción a los ansiolíticos.

Tratamiento: Administración de ansiolíticos y antidepresivos, y terapia psicológica.

Prevención: Ejercicios de respiración, técnicas de relajación, evitar el consumo de cafeína y otras sustancias estimulantes.