Asma bronquial. Enfermedad caracterizada por
ataques repetidos en los que el enfermo tiene sensación de asfixia por
la obstrucción parcial de las vías respiratorias.

Localización anatómica: Bronquios.

Síntomas: Rinitis e infecciones
respiratorias. Los ataques empiezan con tos acompañada de expectoración y
siguen con disnea (dificultad para respirar). El enfermo tiene
problemas con la espiración, por lo que experimenta una sensación de ahogo, agravada por la ansiedad y los nervios.

Pronóstico (gravedad): No reviste peligro para la vida del paciente.

Causas: Alergias. Determinadas sustancias
provocan en el paciente una reacción del sistema inmunológico que
origina el ataque asmático. El músculo liso bronquial se contrae
obstruyendo parcialmente las vías respiratorias.

Factores de predisposición: Alta reacción bronquial, virus respiratorios, contaminación, clima y cuadro familiar.

Posibles complicaciones: Bronquitis,
sinusitis, tapones mucosos y síncope de tos, si ésta es fuerte. En los
niños puede motivar alteraciones en la caja torácica.

Tratamiento: Fármacos como
broncodilatadores y adrenérgicos. Durante las crisis debe propiciarse un
ambiente relajado y que haga sentirse al paciente seguro, por lo que la
mayoría de las veces se recomienda su traslado al hospital.

Prevención: Fisioterapia respiratoria y
evitar el contacto con el agente que desencadena el asma (el alérgeno) y
las condiciones que puedan favorecer un ataque asmático (como el
estrés).